La villa de Vivero se denominó en la antigüedad Concejo de la Puente de Vivario, por el puente construido durante la dominación romana.2 La llegada de la invasión árabe destruyó la villa, pero pronto fue reconquistada. El Rey Don Pelayo premió a Vivero por los servicios prestados en la Reconquista concediéndo grandes privilegios,3 dejando a la villa "en guardia y custodia" de cuatro hombres, fundadores de los linajes vivarienses: Páez de Cora, Alfeirán, Vizoso y Gallo.4
Pero no sería hasta los siglos XII y XIII cuando se configure propiamente la villa de Vivero, tal como la entendemos en la actualidad. El desarrollo económico experimentado en esta época se prolongó a lo largo de los siglos XIV y XV, quedando acreditada su pujanza por el carácter gremial de algunas de sus más antiguas calles, como la pescadería o la zapatería, por ejemplo, que revela el característico perfil social y económico de las poblaciones medievales.
La documentación histórica más antigua que se conserva es del siglo XII, del año 1112, Urraca I de León, a quien su padre el rey Alfonso VI otorgó el condado de Galicia, concedió el señorío del entonces burgo al obispo de Mondoñedo don Nuño Alfonso. El hijo de doña Urraca, el rey Alfonso VII, hizo la división de las heredades de la diócesis de Mondoñedo, de las cuales pertenecían a Vivero:.